martes, 18 de marzo de 2008

Discriminacion

Ley 23.592. Art. 1 (Discriminación)

ARTICULO 1°.- Quien arbitrariamente impida, obstruya, restrinja o de algún modo menoscabe el pleno ejercicio sobre bases igualitarias de los derechos y garantías fundamentales reconocidos en la Constitución Nacional, será obligado, a pedido del damnificado, a dejar sin efecto el acto discriminatorio o cesar en su realización y a reparar el daño moral y material ocasionados. A los efectos del presente artículo se considerarán particularmente los actos u omisiones discriminatorios determinados por motivos tales como raza, religión, nacionalidad, ideología, opinión política o gremial, sexo, posición económica, condición social o caracteres físicos.

sábado, 15 de marzo de 2008

El nuevo rol del profesional farmacéutico

El nuevo rol del profesional farmacéutico


Docentes de Ciencias Bioquímicas y Farmacéuticas de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) destacan la importancia de la figura del farmacéutico como miembro del equipo de salud. El nuevo rol que proponen a los alumnos se fundamenta en el asesoramiento, la atención y el seguimiento farmacoterapéutico de los pacientes.

La profesión farmacéutica data de miles de años, pasando por la antigua figura del boticario, en tanto elaborador de preparados magistrales hasta el farmacéutico de nuestros días.

En esta transición, emerge un nuevo concepto en el ejercicio profesional y es aquel que considera una participación más activa del farmacéutico con los demás profesionales del equipo de salud: médicos, enfermeros, especialistas, entre otros.

Este nuevo concepto en atención farmacéutica, no se limita sólo a las farmacias comunitarias, sino que contempla todos los niveles: desde la industria farmacéutica, los centros de atención primaria, hasta las políticas que se imparten desde el Ministerio de Salud. En cualquier ámbito de ejercicio profesional la meta de trabajo es el medicamento y su centro de acción es el paciente y la comunidad.

La doctora María Luz Traverso, docente del área de Farmacia Asistencial se refiere al farmacéutico como aquel profesional del área salud, responsable de garantizar que la farmacoterapia, o tratamiento con medicamentos, sea racional y segura para el paciente. De este modo, el profesional contribuye a que los medicamentos suministrados sean los más adecuados, con un costo razonable y el mejor resultado clínico en el paciente.

Para Traverso, esa racionalidad es realmente efectiva cuando hay un seguimiento farmacoterapéutico del paciente por parte del farmacéutico.

"Esto implica en el caso de pacientes polimedicados, que acuden a varios especialistas, o con complicaciones de salud, un asesoramiento adecuado, para evitar interacción en los medicamentos y consiguientemente, efectos adversos. Es el farmacéutico, si es que se acude habitualmente a la misma farmacia, el profesional que maneja toda esa información. De este modo es posible brindar un valor agregado al rol tradicional, a partir de enfocar el servicio clínico de atención farmacéutica", explica Traverso.


¿Bienes esenciales u objetos de consumo?

Para la docente Mercedes Salamano la concepción de racionalidad en la farmacoterapia supone una irracionalidad en el actual mercado farmacéutico. "La oferta de medicamentos en nuestros días es muy amplia, pero no significa que sea eficiente. Por lo tanto, el conjunto de profesionales que ofrecen prestaciones de salud deben contribuir a que los medicamentos que se consuman sean los más seguros y adecuados".

Los fármacos difieren mucho en cuanto a su valor intrínseco y sus objetivos terapéuticos, ya que se cuentan desde los que podrían encuadrarse de modo sencillo como reconstituyentes generales de escaso a nulo valor intrínseco, los que tratan patologías de moderada gravedad, hasta los que, por su acción selectiva, eficaz y efectiva, se transforman en un elemento necesario para la continuidad de la vida de las personas. Este último tipo de medicamentos pueden llamarse vitales, o en un sentido amplio esenciales como los define las Organización Mundial de la Salud. Los mismos, son socialmente considerados como bienes meritorios o tutelares, es decir, cuando una sociedad no puede garantizar ni siquiera los satisfactores imprescindibles para la vida, alcanza la lógica de los derechos sociales.

"En el mercado actual, existen además, otros medicamentos que han ocupado un lugar privilegiado tanto al interior de los servicios de salud, como en las prácticas profesionales y de los usuarios. Los mismos dejan ya de ser esenciales para convertirse en objetos de consumo personal, sobrepasan sus potencialidades y responden a un modelo de plenitud, belleza, éxito o vigor sexual", describe Salamano.

En esta línea de pensamiento, el medicamento que para unos es inaccesible, para otros se convierte en una imposición social, ocupando un lugar importante en el imaginario colectivo. Esto, se ve reforzado además por las estrategias de comercialización adoptadas por los fabricantes que van desde la influencia sobre los prescriptores hasta la publicidad directa al consumidor. La misma es ejercida en su mayoría a través de los medios de comunicación, induciendo al usuario al consumo independiente o automedicación, así como a la hipervalorización de la tecnología médica.

Desde la cátedra de Farmacia Asistencial informan que aún aquellos medicamentos que son publicitados como de venta libre deben ser acompañados por asesoramiento farmacéutico, a fin de indicar el más adecuado y evitar posibles interacciones con otros medicamentos que le hayan sido suministrados al paciente.

Los docentes se interrogan entonces, si efectivamente los medicamentos constituyen instrumentos que siempre ofrecen resultados positivos, en cumplimiento a las promesas y/o esperanzas depositadas en ellos, o si realmente una serie de otros condicionantes son indispensables, tanto en el plano individual como en el colectivo, para que los niveles deseables de salud sean alcanzados.

"Muchos pacientes creen que obligatoriamente se tiene que ir del consultorio con una receta en la mano. Hay una cultura instalada en la sociedad por la que se considera al medicamento como la salvación, cuando tal vez, para determinadas patologías son necesarios otros caminos o conductas como por ejemplo hacer deportes y seguir una dieta sana", afirma Traverso.

Por este motivo, desde la cátedra, se intenta formar a los estudiantes para que puedan adquirir no solamente saberes técnicos relacionados a la profesión, sino también que les permitan conocer y desarrollar una mirada crítica en torno al mercado de la industria farmacéutica. "Nuestro desafío como docentes es que nuestros alumnos adquieran la visión de futuro y espíritu crítico necesarios para actuar y modificar la realidad", concluye Traverso.


Fuente: Periódico Digital UNR

martes, 4 de marzo de 2008

Síndrome de burnout



El síndrome de burnout es un tipo específico de estrés laboral que en el caso de los profesionales de la salud, es padecido por sus esfuerzos sostenidos en el tiempo por adaptarse y responder eficazmente al exceso de demandas y presiones laborales.

Esta sobreexigencia y tensión originan importantes riesgos de contraer enfermedades y afectar negativamente el rendimiento y la calidad del servicio profesional.

Entre las causas principales de este síndrome se pueden mencionar:

-El continuo y sostenido contacto con el sufrimiento, el dolor, la muerte.
-La caída del valor social de la profesión en nuestro país.
-La sobrecarga laboral debida al excesivo número de pacientes, la presencia de patologías cada vez menos reversibles, la carencia de recursos, la presión horaria.
-La merma en las retribuciones y estímulos de distinto tipo.
-La amenaza de sufrir juicios por mala praxis.


La doctora Lidia Ciaburri, prestadora del PAMI, que participó la semana anterior de nuestro programa televisivo Tiempo de Opinar en Salud, lleva trabajando 31 años como médica de cabecera de este organismo. Ella hizo referencia a su vínculo con este síndrome: “uno firma un contrato con 10, 20, 30 ítems, que son obligación siempre, jamás se nos indican los derechos; sí las obligaciones: horarios a cumplir, obligaciones de turnos, domicilios; pero, por ejemplo, nunca tuvimos derecho a vacaciones, un término que parece ridículo pero es así. Yo tomo vacaciones si tengo otro médico cercano a casa que me reemplaza”.

Por otra parte, señaló que el principal problema que tienen en el primer nivel (consulta clínica) es la demora en el diagnóstico. “A veces, se llega tarde, es un ida y vuelta continuo a todo lo que se llama el segundo nivel (consulta con especialista). Es decir, pueden pasar 90 días desde que se pide un estudio hasta que está el resultado. Para mí no solamente es estrés, es defraudarme. Yo estudié en otras condiciones. Incluso cuando me recibí no había imágenes de calidad como ahora”.

En cuanto a la baja en la retribución, la Dra. Ciaburri comentó que lo que cobran los profesionales en PAMI “es variable porque uno tiene asignado un número de pacientes, que en mi caso es mil, pero cuando voy a cobrar resulta que tengo lo de 950 y no tengo cómo saber dónde están los otros 50”, y agregó “en este momento estoy cobrando 2,10 pesos por paciente; es decir, cobro alrededor de 1.800 pesos mensuales”.

Otras de las tensiones a las que están sometidos los profesionales de la salud, a las que hizo referencia Ciaburri, son los dilemas éticos que tienen que resolver. En este caso mencionó que muchas veces “hablando de instituciones privadas, se sufre cierta presión por parte de los directivos por el problema económico que se está viviendo; entonces te piden las altas para más temprano, menor consumo de antibióticos, etc. Y en ese caso hay que decir ‘no, el paciente no se va, firme usted el alta, yo no lo hago’. He llegado a soñar que me había olvidado de hacer alguna indicación médica, me despertaba y decía ‘me olvidé de tal cosa, qué me va a pasar mañana’. Sumado esto a las agresiones físicas, insultos y amenazas de parte de los familiares de los pacientes y las enfermedades que solemos contagiarnos”.

Por lo señalado es evidente que este estado causa limitaciones a las potencialidades de los profesionales y genera burn out que, como venimos diciendo, es sinónimo de desesperanza.

Se hace imprescindible entonces proponer planes de tipo preventivo, de desarrollo y preservación de la salud, o en los casos en que el síndrome ya está presente, tratar de aminorar sus efectos.

Este es un ejemplo de los miles que se suceden entre profesionales de la Salud y la Seguridad Social en todo el país. ¡Cuántos colegas habrán abandonado la profesión y cuántos colegas habrán enfermado o muerto prematuramente!.

Estimado colega y compañero. No estamos solos y por el bien nuestro y de la salud de la población, SUMAR te propone alinearnos y organizarnos para mejorar la calidad en las Condiciones de Trabajo.

Fuente del articulo Sindicato de medicos

http://www.sindicatosumar.org.ar/