viernes, 25 de julio de 2008

OPINION

OPINION


Opinión RESPETO AL MEDICAMENTO, A LA RECETA Y AL PROFESIONAL
Marcelo Peretta, doctor
en farmacia y bioquímica

Vivimos una etapa de uso irracional de medicamentos. Muchos de ellos se consumen como pastillas para el estilo de vida en lugar de hacerlo con el fin de prevenir o tratar un problema de salud.
Aunque no son las únicas, existen dos razones para estos males: (i) se venden medicamentos en kioscos, andenes de tren, supermercados, clubes de trueque y en otros lugares totalmente ajenos a la salud y al control profesional y estatal, y (ii) algunas farmacias están vendiendo medicamentos sin exigir la receta correspondiente. ¿Por qué sucede?

Se venden medicamentos en cualquier lugar porque aun no se decide lo obvio: que estén solo donde puedan controlarse, esto es, en farmacias habilitadas. Se demora una decisión que provoca cada vez más ingresos hospitalarios por intoxicaciones medicamentosas, y se gasta cada vez más dinero en resolver los problemas causados por los medicamentos mal consumidos. Si el Ministerio de Salud no tiene facultades para controlar kioscos, supermercados y otros lugares ajenos a la salud ¿por qué se les permite que vendan medicamentos? ¿Tendremos que esperar que alguien muera para reaccionar?

Por otro lado, se vende sin receta porque no se respeta el rol del farmacéutico. El 85% de los dueños de las farmacias porteñas no es profesional (la ley así lo permite), son empresarios, pequeños, medianos o grandes, que, en algunos casos, suelen resistir las normativas técnicas emanadas del director técnico, quien es el responsable de cumplir y hacer cumplir la legislación. Son cada vez más frecuentes las denuncias recibidas en el Sindicato Argentino de Farmacéuticos y Bioquímicos y el Colegio Oficial de Farmacéuticos y Bioquímicos de la Capital Federal por este particular.

El máximo responsable de la farmacia es el profesional farmacéutico. Es un "experto en medicamentos" que estudia 5 años de universidad, por eso su opinión y decisiones técnicas deben ser acatadas por el bien de la salud. Debemos poner límite al uso indebido de medicamentos. En el 100% de los establecimientos se desempeñan farmacéuticos matriculados, pero de poco sirve si no se les hace caso. La única perjudicada será la población que no tendrá las garantías de un medicamento seguro y efectivo. Por eso pido respeto al medicamento, respeto a la receta y respeto al profesional.

Marcelo Peretta
Doctor en Farmacia y Bioquímica
Director Escuela de Farmacia y Bioquímica Universidad Maimónides
presidencia@farmaceuticosybioquimicos.org

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