Remedios falsos fuera de las farmacias
Los farmacéuticos afirman que el 20% de los medicamentos ya se venden en quioscos o supermercados. Y que nadie controla su calidad. La ANMAT admite que "no tiene competencia" para inspeccionarlos.
¿Cuántos quiere?, pregunta el vendedor de un quiosco a metros de Perón y Avenida Pueyrredón, en el barrio de Once. Está a punto de cortar con la tijera una tira (ya incompleta) de comprimidos del antiespasmódico conocido como Sertal. Los vende por unidades que no indican la fecha de vencimiento. Ni tampoco vienen en caja ni con el prospecto que debería explicar que ese fármaco no debe ser consumido por los que tienen úlcera y pólipos nasales, entre otras contraindicaciones.
Esos comprimidos -que deben ser comercializados sólo bajo receta- pueden haber sido falsificados, adulterados, mal conservados o estar vencidos al no estar dentro del lugar de comercialización legal, que es la farmacia.
Según advierte
En esos comercios, que incluyen quioscos, supermercados, estaciones de servicio, verdulerías, gimnasios, y hasta hoteles alojamiento (como en el caso de copias del sildenafil, cuya marca comercial más conocida es el Viagra), se venden tanto medicamentos de venta libre como los de bajo receta y de receta archivada. Dos de cada 10 medicamentos son falsos, según el Colegio Oficial de Farmacéuticos y Bioquímicos de Capital.
La Confederación que reúne a más de 20.000 farmacéuticos de todo el país debatió el problema en su congreso anual realizado en Mendoza días atrás. Les preocupa porque la venta fuera de las farmacias afecta sus propios intereses comerciales, pero también dicen que les interesa alertar a la gente sobre los riesgos que implica para su salud.
"La gente puede creer que se está curando de una enfermedad, pero el medicamento que se vende fuera de la farmacia puede no ser efectivo", dijo a Clarín Fernández. Y advirtió: "Si el medicamento está adulterado o vencido, también corre el riesgo de sufrir intoxicación". La gente -recomendó Fernández- debe acudir al canal adecuado de comercialización, que es la farmacia, para consumir medicamentos seguros y pedir asesoramiento.
En la mayoría de las provincias del país, el expendio de medicamentos de venta libre fuera de las farmacias está prohibido, con la excepción de las ciudades de Buenos Aires, Rosario, Mendoza y Tucumán, entre otras, que adhirieron a un decreto desregulatorio de 1991, que fue aprobado por el ex presidente Carlos Menem, según recordó Marcelo Peretta, secretario general del Colegio de Farmacéuticos de Capital.
En la provincia de Buenos Aires, en cambio, está prohibida la venta de cualquier medicamento fuera de las farmacias, pero algunos comerciantes no la cumplen. En 2006, según informó María del Carmen López de Souza, a cargo del área de farmacia del Ministerio de Salud bonaerense, se realizaron 175 allanamientos a partir de denuncias. El 90 por ciento dio positivo. "Venden los medicamentos fraccionados, algo que no permite conocer su fecha de vencimiento. Pueden estar recontravencidos", afirmó la funcionaria, quien señaló que las publicidades inducen cada vez más a la automedicación y a la compra sin pasar por la farmacia.
"El problema es grave porque nadie garantiza la calidad de los medicamentos ni tampoco en su conservación", admitió a Clarín Julio Rodríguez, coordinador de
Sin embargo, la autoridad nacional se ve limitada en su poder de control. "
"No se trata sólo de defender a nuestras farmacias -dijo Peretta-. La misma Organización Mundial de
De acuerdo con Peretta, "hay un público que consume por fuera de la farmacia por comodidad, pero también hay laboratorios farmacéuticos que alientan ese práctica: el año pasado, una empresa premió a un quiosco por ser el mejor vendedor".
Los farmacéuticos insistieron con que un dueño de quiosco o supermercado de barrio no puede brindar el asesoramiento técnico que un consumidor puede necesitar para entender cuándo y cómo debe tomar un medicamento. "Ni tampoco tiene documentos que certifiquen de dónde vienen los productos que reparte", alertaron.
Los médicos también recalcan los riesgos. "Es un error grave comprar sildenafil sin la indicación del médico y fuera de la farmacia", sostuvo Carlos Acosta Güemes, ex presidente de
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